La Habana, Cuba – Los Reyes de España, Felipe VI y Letizia, encontraron hoy un recorrido por los sitios patrimoniales del centro histórico de esta capital, entre ellos el punto exacto en el cual la capital cubana fue encontrado por los colonizadores españoles hace 500 años, en su segundo día de su visita oficial una Cuba
En su paseo por la zona histórica, declarada Patrimonio de la Humanidad en 1982, sus majestades llegaron hasta El Templete, sitio fundacional de La Habana, que en unos días cumple 500 años.
Estuvieron acompañados por Esteban Lazo, presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular y el Consejo de Estado, y Eusebio Leal, historiador de la Ciudad, y quien fue condecorado por los reyes españoles por su amplio trabajo de restauración en La Habana.
También estaban el ministro español de Asuntos Exteriores, Josep Borrell, y el alcalde de La Habana, Reinaldo García Zapata.
La visita al Templete está llena de simbolismos, pues fue allí donde los españoles celebraron el 16 de noviembre de 1519 el primer cabildo y la misa fundacional de la ciudad junto a una ceiba.
En este lugar, cientos de personas acuden cada 16 de noviembre para buscar algo de suerte en la pequeña construcción de estilo neoclásico, levantada en 1828 por el monarca Fernando VII, donde dan tres vueltas alrededor de la ceiba, tiran unas monedas al aire y piden un deseo
Los reyes, Felipe VI vestido de guayabera blanca y Letizia con un traje del mismo color, no hicieron este ritual, pero ante la sombra de la ceiba -la original sobrevivió hasta 1753 y luego fue suplantada- escucharon con atención las explicaciones de Leal sobre el simbolismo del lugar para la historia de la isla.
De allí, los monarcas atravesaron la Plaza de Armas, punto de referencia del centro histórico y cuyo trazado evoca el de las plazas fortificadas de la Europa medieval, para visitar el Palacio de los Capitanes Generales, que acogió a 65 gobernadores en Cuba durante la etapa coloniales y en nuestras salas de exposiciones permanentes hoy se preserva la memoria de las gestas independentistas cubanas.
La presencia de la realeza en la Isla, que se extiende hasta el 14 de este mes, coincide con el aniversario 500 de la fundación de la antigua San Cristóbal de La Habana, la última de las siete villas con bases fundadas por los españoles en Cuba.
“Estoy muy contenta de ver a los Reyes, parece increíble que esta gente esté aquí. Me encanta Letizia, es monumental y viste espectacular. Quiero parecerme a ella (risas) ”, dijo Peleada de la risa la mulata Rosa Cepeda, quien busca pescar una foto cerca de la reina española.
Contrario a la corta visita a La Habana Vieja realizado el martes, cuando la presencia de los monarcas españoles causó furor y los vecinos se peleaban en los balcones para tomar fotos, fueron pocos los que se percataron del paso de ellos por la Plaza de Armas y se les hizo complicado evadir la seguridad de la seguridad para acercarse a saludar a los distinguidos visitantes.
La visita al Palacio de los Capitanes Generales fue la más larga de las paradas en La Habana Vieja.
Allí el cortejo real se detuvo ante su fachada, donde ya cuelga el escudo de La Habana que los reyes regalaron a la instalación, que hoy alberga el Museo de la Ciudad. El escudo es uno de los obsequios más especiales que ha hecho la Corona española, al ser un tapiz zurcido a mano para la ocasión en la Real Fábrica de Tapices.
Uno de los obstáculos del Palacio es el "Trono intocado de La Habana", que aguarda a un rey de España se siente desde 1791, cuando terminó de construirse el edificio. Una espera que Felipe VI fue prolongada, como hizo su padre, Juan Carlos I, cuando estuvo en La Habana en 1999 con motivo de la cumbre iberoamericana.
En el patio del edificio y ante la estatua de mármol de Cristóbal Colón, el alcalde habanero entregó a Felipe VI el símbolo de la capital cubana, "La Giraldilla".
La estatuilla, que se luce en el alto del Castillo de la Real Fuerza, se esculpió a mediados del siglo XVII al estilo de la que está en la catedral de Sevilla, conocida como "La Giralda".
El Palacio de los Capitanes Generales, antigua sede de los gobernadores españoles en la etapa colonial, repuso en el salón del trono del Palacio la bandera española en marzo del pasado año, por indicación de Eusebio Leal, para que se luciera junto a las enseñas de Los países que apoyaron a Cuba en su camino a la independencia.
“En esta sala queda una parte de la historia restituida”, sentencia entonces Leal, quien, a sus 77 años y con un estado de salud algo delicado, sigue al frente de la restauración del centro histórico de La Habana y por esta labor el Gobierno español le concedió la Gran Cruz de la Orden de Carlos III, que Felipe VI le impuso hoy en el Palacio de los Capitanes Generales.
Leal, recibió el reconocimiento civil más distinguido que otorga España, y se refirió a la importancia de tener bien presentes los conceptos de Patria y Nación, y recordó los vínculos históricos entre ambos países. Afirmó que una parte de la cultura e idiosincrasia del "Alcalde de las Antillas" se debe a la presencia española en el territorio nacional.
Los reyes regresan esta noche al Palacio de los Capitanes Generales para ofrecer una cena al presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, en la que don Felipe pronuncia el discurso de más importante de su visita.
El jueves desde Santiago de Cuba, presentando honras a los soldados que murieron defendiendo la ciudad ante la presencia de Estados Unidos en la Guerra Hispanoamericana de 1898, y luego desde España.